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martes, 23 de julio de 2013

Palco de Prensa Martes: Las injusticias II.


                                           Por : Gilberto LAVENANT

Entre los metales, el cobre es de los menos valiosos. El oro y la plata son de mayor valor y por lo tanto más codiciados. Por ello, cuando se trata de señalar que alguien es mediocre,
o de poco valor, sea social, o intelectual, se dice que “enseña el cobre”.

Y eso es lo que están haciendo una serie de personajes políticos, en torno al tema de la creación del sexto municipio de Baja California, con cabecera en San Quintín.


Comentaba ayer el columnista, que los pobladores de las comunidades del sur de Ensenada, consideraron que la lucha de 24 años se había cristalizado, cuando el viernes 28 de junio, por unanimidad, o sea con el voto de todos los integrantes del Congreso del Estado, de todos los partidos políticos, se aprobó la creación del sexto municipio de Baja California, teniendo como cabecera al poblado de San Quintín.

Pero resulta que el Gobernador panista, José Guadalupe Osuna Millán, aparentemente preocupado porque no se cubrieron cabalmente los requisitos legales para la municipalización de San Quintín, hizo valer su veto en contra del decreto que crea el sexto municipio.

Decía el columnista que independientemente de que sea cierto, que efectivamente hubo tales irregularidades, la municipalización es un clamor de los pobladores del sur de Ensenada, ante las injustas condiciones en que se encuentran, principalmente debido a la desatención oficial, tanto de las autoridades estatales, como las del ayuntamiento de Ensenada.

Lo curioso, extraño y ridículo, es precisamente eso. Muchos de los actores políticos, ahora escandalizados, por las supuestas irregularidades en que se incurrió, que no hicieron nada para ayudar a dichas familias, conformadas por más de 100 mil personas, ahora aplauden el veto de Osuna Millán y reclaman que se dé marcha atrás.

Dicho en otras palabras, que se suspenda el proyecto de crear el sexto municipio, y que  “se amuelen” los pobladores que consideraban que al menos ya tendrían autoridades propias para atender sus necesidades, sin tener que viajar 170 kilómetros para tratar de entrevistar al polémico alcalde ensenadense, Enrique Pelayo Torres, que no resuelve los problemas del puerto, menos los de quienes residen en el Valle de San Quintín.

Primero fueron los empresarios, a través de sus organizaciones. Evidentemente con el propósito de pagar compromisos con Osuna Millán, hasta publicaron desplegados pronunciándose en contra de la municipalización de San Quintín y reclamando legalidad en el procedimiento. No dijeron que acudirían a esa zona a crear fuentes de trabajo, o a llevarles productos básicos a bajos precios. Ni de chiste.

Obviamente, también se involucra, el propio Pelayo Torres, quien ha mostrado su incapacidad para gobernar adecuadamente al municipio –aún- más grande de la República Mexicana. Le hacen un favor al quitarle gran parte del territorio, para crear el sexto municipio. A lo mejor reduciendo la superficie de Ensenada, atiende mejor a los ensenadenses.

Otro que se acaba de integrar a esta polémica, lo es el  Alcalde de Mexicali, Francisco Pérez Tejada Padilla, quien soñó con llegar a ser Gobernador de la entidad. Como no se le hizo, ahora se siente dueño del municipio que gobierna, y se manifiesta en contra de la creación del sexto municipio, argumentando que con ello, se le quitará territorio al poblado de San Felipe.

En ese caso, como ocurre con el conflicto de los límites territoriales entre Ensenada y Playas de Rosarito, no importa a cuál autoridad le corresponda gobernar, sino a cuál le van a pagar impuestos. Los intereses son recaudatorios, no de responsabilidad de atención de las necesidades de los pobladores afectados o beneficiados con la municipalización.

Pero quienes hacen el peor de los ridículos, son los diputados panistas, que aprobaron, sin chistar, el decreto de municipalización, en el pleno de la legislatura celebrada el 28 de junio. Evidentemente, ante el veto de Osuna Millán y luego de un severo extrañamiento, ahora también se pronuncian en contra de la creación del sexto municipio.

En otros asuntos, han optado por votar en contra, o abstenerse. En esa ocasión, votaron todos los panistas por unanimidad, al igual que el resto de los legisladores, e incluso presumieron su decisión democrática. Ahora aparentan que fueron “chamaqueados”. Que les torcieron la mano, para obligarlos a votar a favor.

Ahora aplauden a rabiar la decisión de osuna Millán. Vergüenza deberían de darles tales actitudes. En situaciones como éstas, se evidencia que cuando el gobernador es de un partido, y la mayoría de los legisladores son sus compañeros partidistas, no hay división de poderes. En esos casos, opera el dicho religioso de que “uno propone, y Dios dispone”. En otras palabras, que los deseos del Gobernador, son órdenes para los diputados de su partido.   

Claro, los dirigentes del Partido Acción Nacional, de inmediato se integran al “coro de niños cantores” y se pronuncian en los términos planteados por su Gobernador panista. Asumen a la perfección, el diálogo entre el jefe y sus empleados, cuando les pregunta : -¿Qué horas son? Y los súbditos de inmediato responden : -“las que usted guste, señor”.

Las polémicas, controversias y protagonismos, en torno a la municipalización de San Quintín, se prolongarán durante semanas y meses. Los pobladores afectados con ello, al ver  roto su sueño de poder tener gobernantes propios, ya anunciaron que saldrán a las calles a manifestarse en contra del veto de Osuna Millán.

Pudiesen declararlo no grato, aunque esto quizás ni preocupe a Osuna Millán. Rara vez visita esa zona, que lamentablemente continuará en el abandono.

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